La hernia después del embarazo es una afección que pueden padecer la mayoría de las madres primerizas debido a la debilidad de los músculos abdominales y la alta presión durante el proceso de parto. Puede presentarse como un pequeño bulto o dolor en el ombligo, o dolor en la parte baja del abdomen, aunque puede ser una experiencia preocupante. En la mayoría de los casos, las hernias se pueden tratar con los cuidados adecuados y la orientación médica. Conocer la causa, los síntomas y el proceso de recuperación ayudará a las madres a sentirse empoderadas y a ganar confianza. Esta es una guía sobre qué esperar y cómo tratar una hernia después del embarazo de forma segura.
¿Qué es una hernia?
Una hernia se produce cuando un órgano o una sección de tejido del cuerpo se sale a través de una sección floja de la pared o el músculo. Esto crea un bulto aparente que se observa en el abdomen, la ingle o incluso detrás del ombligo. Aunque algunas hernias no causan dolor, otras pueden provocar molestias en forma de dolor al levantar peso, toser o hacer esfuerzos. Las hernias no se curan por sí solas y pueden tratarse con cambios en el estilo de vida, medidas de apoyo o cirugía, dependiendo de su tamaño y gravedad.
¿Qué tan común es una hernia después del embarazo?
Las hernias después del embarazo no son muy comunes, pero pueden aparecer en las madres primerizas, especialmente cuando la pared abdominal se ha estirado o debilitado por el embarazo y el parto. Las investigaciones muestran que las hernias incisionales (las que se desarrollan después de una cesárea) se producen en aproximadamente entre el 0.2% y el 5% de las mujeres, dependiendo del tipo de incisión y las condiciones de cicatrización. La hernia umbilical en mujeres, que aparecen alrededor del ombligo, también son posibles, especialmente en mujeres que han tenido varios embarazos, han dado a luz a un bebé grande o han experimentado una presión abdominal significativa.
Aunque el riesgo general es relativamente bajo, las hernias después del embarazo son lo suficientemente comunes como para ser reconocidas como un posible problema posparto, por lo que es muy importante detectar los síntomas a tiempo y acudir al médico para que te evalúe.
Signos y síntomas de una hernia umbilical después del embarazo
Una hernia posparto puede presentar varios síntomas notables. El signo más común es un bulto o protuberancia blanda debajo de la piel, a menudo cerca del ombligo o de la incisión de la cesárea. Es posible que notes que el bulto se vuelve más prominente al toser, estar de pie o levantar algo pesado. Otros síntomas pueden incluir dolor sordo o agudo en la zona, sensación de presión o pesadez en el abdomen y molestias que empeoran con la actividad. En casos más graves, la zona puede volverse firme, sensible o descolorida, y es posible que experimente náuseas o vómitos, signos que requieren atención médica inmediata.
Diagnóstico de una hernia posparto
El médico examinará la posibilidad de que exista un bulto o hinchazón visible que pueda agravarse al estar de pie, toser o hacer esfuerzos. En la gran mayoría de los casos, esta prueba es suficiente para diagnosticar la presencia de una hernia en el ombligo y el embarazo. No obstante, cuando se observa un diagnóstico sospechoso o en situaciones de complicaciones, se pueden prescribir pruebas de imagen, como una ecografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética. Un diagnóstico precoz implicará que se observará adecuadamente y que se podrá determinar si se requiere atención de apoyo o reparación quirúrgica.
Causas de los diferentes tipos de hernias posparto
Las hernias en el posparto pueden producirse debido a la debilidad de los músculos abdominales y al estrés adicional que sufren estos músculos durante el embarazo y el parto. Los tipos más comunes son:
- Hernia umbilical en embarazadas: Este tipo de hernia puede explicarse por la extensión de la zona del ombligo durante el embarazo, como en los embarazos múltiples o en el nacimiento de un bebé de gran tamaño.
- Hernia incisional: Puede ser el resultado de una cesárea o cualquier cirugía abdominal en la que el tejido esté débil o no se haya sellado completamente después de la cirugía.
- Hernia inguinal: Es poco frecuente en las mujeres, pero puede producirse debido a la fuerza aplicada en la zona de la ingle durante el embarazo y el parto.
Cada uno de los tipos está condicionado por la reducción de la fuerza de las paredes musculares, que quedan expuestas durante el posparto.
Tratamiento de una hernia umbilical después del embarazo
Se trata en función del tamaño de la hernia, los síntomas y la medida en que afecta a la vida diaria. El médico puede vigilar de cerca las hernias leves que causan un dolor mínimo o nulo. Los síntomas también pueden tratarse con intervenciones de apoyo, como evitar levantar objetos pesados, utilizar un soporte abdominal blando y realizar ejercicios de fortalecimiento del tronco bajo la supervisión de un profesional médico. No obstante, las hernias no se curan por sí solas.
¿Debo someterme a una cirugía para tratar una hernia umbilical posparto?
Por lo general, se recomienda la cirugía cuando la hernia es grande, dolorosa, aumenta de tamaño o causa ciertos problemas, como el atrapamiento de tejidos. La cirugía se utiliza para fortalecer la pared abdominal y prevenir una recurrencia. Esto les da a los médicos la oportunidad de evaluar los riesgos actuales frente a los riesgos una vez que haya terminado la etapa fértil, de modo que la mujer que desea tener hijos pueda tomar una decisión. Por último, depende de tus síntomas, estilo de vida y consejo médico; por lo tanto, se debe fomentar una conversación abierta con su profesional médico.
Ejercicios seguros para una hernia umbilical después del embarazo
Los ejercicios de bajo impacto pueden realizarse en forma de movimientos suaves que refuerzan el tronco, pero sin sobrecargar la pared abdominal. Algunos ejemplos son:
- Inclinaciones pélvicas y puentes suaves
- Respiración profunda con el abdomen y respiración diafragmática
- Planchas laterales modificadas
- Caminatas ligeras para mejorar la circulación y la resistencia
Nunca comiences a hacer ejercicio después del parto sin consultar primero con tu médico, y hazlo siempre de forma gradual.
Ejercicios que debes evitar si tienes una hernia umbilical
Cuando se tiene una hernia umbilical después del embarazo, no se deben realizar actividades que impliquen esfuerzo o tensión en la pared abdominal. Los movimientos que se deben evitar son:
- Abdominales o elevaciones de piernas, o flexiones que ejercitan directamente los abdominales.
- Levantar objetos pesados, especialmente sin apoyo.
- Planchas, flexiones o ejercicios intensos para el tronco.
- Ejercicios de alto impacto, como correr o saltar.
- Ejercicios que tensionan, retuercen o doblan la zona media.
El efecto de estos movimientos puede ser el empeoramiento de la hernia, más molestias o una recuperación lenta. No hagas ejercicio inmediatamente después de dar a luz, a menos que te lo aconseje tu médico.
¿Cómo prevenir las hernias posparto?
Para evitar una hernia después del parto, es importante asegurarse de que la pared abdominal no se tense en exceso durante el periodo de recuperación del cuerpo. Estas son algunas estrategias clave:
- Utiliza fajas de soporte: El uso de fajas de compresión suave puede ayudar a estabilizar los músculos abdominales y reducir la tensión en los tejidos en proceso de curación. La faja posparto Momcozy ErgoWrap proporciona un soporte ergonómico y ajustable al tronco, lo que ayuda a mejorar la postura y la comodidad durante la recuperación, al tiempo que minimiza la presión que puede provocar hernias.
Soporte Lumbar
Comodidad
Eficacia
- Mantén una buena postura: Inclinarte hacia adelante estira demasiado el estómago. La columna vertebral debe estar recta, los músculos centrales deben utilizarse ligeramente y no debes inclinarte hacia adelante al levantar o sostener a un bebé.
- Levanta con cuidado: Debes utilizar las piernas para mover algo (no la espalda ni el cuerpo), acercar las cosas lo más posible al cuerpo y evitar levantarlas demasiado rápido o con demasiada fuerza.
- Evita levantar objetos pesados y hacer esfuerzos: Tienes varias semanas (según te indique tu médico) antes de realizar tareas domésticas o ejercicios que requieran un gran esfuerzo abdominal.
- Fortalecimiento gradual del tronco: Bajo la supervisión de tu médico, realiza algunos ejercicios suaves (inclinación de la pelvis, respiración diafragmática, etc.) para fortalecer los músculos que se están recuperando. Las zonas más débiles se pueden evitar utilizando los músculos del tronco más fuertes y profundos.
- Evita el aumento de peso rápido o el esfuerzo excesivo: Ten cuidado de no subir de peso demasiado rápido ni realizar esfuerzos excesivos. El exceso de peso supone una carga adicional para la pared abdominal. Sin embargo, el esfuerzo excesivo se puede prevenir con una dieta equilibrada y actividad física moderada.
Preguntas frecuentes
¿Existe un mayor riesgo en embarazos posteriores?
Sí. La presión adicional que cada embarazo ejerce sobre la pared abdominal es especialmente relevante en el caso de desarrollo de hernias o en casos de debilitamiento muscular. Varios embarazos, bebés grandes o cesáreas pueden predisponer a la recurrencia.
¿Cuándo debo preocuparme por el dolor de hernia?
El dolor puede ser agudo, intenso o ir acompañado de hinchazón, enrojecimiento, náuseas o vómitos; es necesario acudir al médico. Estos pueden ser signos de complicaciones como una hernia atrapada o una hernia estrangulada, y deben corregirse de inmediato.
¿La hernia está relacionada con el embarazo?
Las hernias no son una consecuencia directa del embarazo, pero es posible que sean más frecuentes debido a que los músculos abdominales se tensan y debilitan durante el embarazo. La pared abdominal tiene puntos débiles y, por lo tanto, la tensión que ejerce el bebé en crecimiento normalmente expone o empeora las zonas que provocan una hernia.
Conclusión
La hernia posparto puede ser frustrante, pero con conocimiento y un manejo adecuado, se puede controlar. La identificación temprana de los síntomas, el cumplimiento de las medidas de recuperación seguras y la consulta médica cuando sea necesario son fundamentales en el proceso de curación. Las intervenciones positivas, como los ejercicios ligeros, la postura correcta y una faja abdominal que se ajuste adecuadamente, pueden facilitar la curación. La mayoría de las madres primerizas pueden recuperar su fuerza y seguir adelante con confianza con tiempo, atención y apoyo.