A las 39 semanas de embarazo, te encuentras cerca del final de la gestación, ya que la mayoría de los bebés nacen entre las semanas 37 y 42.
A medida que se acerca la fecha prevista del parto, es posible que experimentes cambios inesperados en tu cuerpo, en el desarrollo del bebé y en tus emociones. Es fundamental que establezcas prioridades a la hora de preparar la maleta para el hospital, así que haz una lista de todo lo que vayas a necesitar.
Concéntrate en tu comodidad y en estar preparada para la llegada de tu pequeño, y no pierdas de vista el aumento de peso durante el embarazo, ya que puede variar mucho. Presta atención a cualquier señal de tu cuerpo, como contracciones dolorosas o cambios inusuales, para estar informada y preparada.
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Tu bebé a las 39 semanas

A las 39 semanas, tu bebé tiene aproximadamente el tamaño de un melón y está casi listo para venir al mundo. Durante este tiempo, experimenta cambios importantes en su aspecto y desarrollo. Cambiará el color de su piel, su cerebro crecerá y estará listo para nacer.
La piel rosada se vuelve blanca
A medida que se acerca el momento del nacimiento, el color de su piel empieza a cambiar. Inicialmente, su piel tiene un tono rosado, que se debe en parte al flujo sanguíneo.
En los últimos días, este tono rosado se va tornando más claro, lo que refleja la acumulación de grasa por debajo. Esta capa de grasa ayudará a mantener caliente al bebé después del nacimiento.
El fino vello llamado lanugo, que cubría todo el cuerpo del bebé, ha desaparecido en su mayor parte en esta etapa. Puede permanecer en zonas como la espalda y los hombros, pero es menos visible.
Peso al nacer
El bebé suele pesar entre 3.2 y 3.6 kilos, pero cada bebé es diferente. Algunos pueden pesar menos o más, y eso es completamente normal. También debe medir alrededor de 50 cm. Este aumento de peso es vital para que tu bebé almacene nutrientes y acumule energía para el camino que tiene por delante.
Por otra parte, sus pulmones se están desarrollando satisfactoriamente y preparándose para respirar fuera del útero. Es posible que lo veas reflejado en las ecografías, que muestran a un bebé sano y regordete.
El cerebro del bebé es más grande
En esta etapa, el cerebro del bebé crece rápidamente. A las 39 semanas, su tamaño es aproximadamente el 90 % del adulto. Este crecimiento favorece funciones clave para la vida después del nacimiento, como el pensamiento, las emociones y el aprendizaje.
También están madurando las cuerdas vocales del bebé. Pronto podrán emitir sus primeros llantos, que son su forma ruidosa de comunicarse.
El desarrollo del cerebro incluye las áreas responsables de las experiencias sensoriales, por lo que responderá a tu voz y a los sonidos que oiga a su alrededor.
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Sin lágrimas
Aunque tu bebé llore al nacer, es posible que esas lágrimas no se vean de inmediato. Esto se debe a que los conductos lagrimales tardan en desarrollarse.
Durante las primeras semanas llorará sin derramar lágrimas, lo cual es perfectamente normal. No será hasta que tengan un mes cuando empiecen a aparecer.
Sin embargo, expresarán sus necesidades mediante sonidos y movimientos, lo que indicará cuándo tienen hambre o necesitan consuelo.
Listo para interactuar
A medida que se acerca la fecha del parto, tu bebé se prepara para interactuar contigo y con el mundo exterior. Es posible que notes que se mueve cada vez más al sentirse más apretado en tu vientre.
Estos movimientos son importantes para el desarrollo muscular y la coordinación. Cuando nazca, no estará en el mismo entorno, por lo que estos movimientos son muy importantes.
Después del nacimiento, busca señales de que está alerta y responde. Tu bebé puede reconocer tu voz e incluso girar la cabeza hacia ti.
El vínculo con tu bebé se irá estrechando conforme te relaciones con él. El contacto piel con piel es importante para ambos, ya que ayuda a establecer una conexión afectiva.
El calostro, la primera leche que produce tu cuerpo, es rico en nutrientes, prepara a tu bebé para la lactancia y refuerza su sistema inmune.
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Tu cuerpo a las 39 semanas de embarazo
Mientras se prepara para el parto, tu cuerpo experimenta cambios significativos. Es posible que sientas más presión en la pelvis y que notes diversos síntomas que anuncian la llegada del bebé. Te contamos lo que puedes esperar.
Patadas del bebé
A medida que tu bebé crece, sus movimientos pueden cambiar. Puedes sentir cómo da fuertes patadas y gira. A veces estos movimientos pueden resultar incómodos porque el bebé se queda sin espacio.
Contar las patadas puede resultar útil. Intenta contar cuántas veces sientes que se mueve en un intervalo de dos horas.
Deberías notar al menos diez patadas en ese tiempo. Si notas que el movimiento disminuye, ponte en contacto con tu médico para que te oriente.
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Pérdida de líquido
La pérdida de líquido puede ser una señal de que tu cuerpo se está preparando para el parto. Este líquido puede proceder del saco amniótico que rodea y protege al bebé.
Si notas un goteo constante o un chorro repentino de líquido, es importante que llames a tu médico. Verificará si se trata de líquido amniótico y si el parto es inminente.
Entrepierna relámpago
La expresión entrepierna relámpago hace referencia al dolor agudo y repentino en la zona pélvica. Esta sensación es frecuente en esta etapa del embarazo. Ocurre porque es probable que tu bebé esté descendiendo hacia el canal del parto.
Aunque puede resultar incómodo, es algo normal durante el embarazo. Si el dolor se vuelve intenso o constante, consulta a tu médico.
Flujo vaginal
Es posible que observes cambios en tu flujo vaginal a medida que te acercas al parto. Es común que aumente y que adquiera un color transparente o blanco lechoso.
Presta atención a la presencia de sangre o a un cambio en el olor, ya que podrían ser señales del inicio del parto. Si observas sangre o si experimentas un aumento repentino del flujo, ponte en contacto con tu médico para que te examine.
Síntomas en la semana 39 de embarazo

A medida que se acerca el final del embarazo, es posible que notes varios cambios en tu cuerpo. Los síntomas pueden variar mucho de una mujer a otra, pero hay algunos signos comunes que suelen aparecer en esta etapa. Estos son los principales síntomas a los que debes prestar atención:
Diarrea
La diarrea puede sorprenderte en esta etapa del embarazo. Puede deberse una reacción a los cambios hormonales que indican que el parto está próximo.
Este fenómeno puede resultar frustrante, sobre todo si se suma la ansiedad que supone esperar la llegada del bebé. La diarrea puede deberse a cambios hormonales o a la presión sobre los intestinos, por lo que es importante mantenerse hidratada bebiendo agua o líquidos claros para evitar la deshidratación.
Si la diarrea es grave o dura más de un día, se debe llamar al médico.
Acidez estomacal
La acidez estomacal es aún más frecuente en las últimas semanas del embarazo. El crecimiento del útero puede presionar el estómago y empujar los ácidos hacia el esófago. Esto puede provocar una sensación de ardor en el pecho.
Para aliviar las molestias, puede resultar útil hacer comidas más pequeñas y evitar los alimentos picantes o grasos, que pueden empeorar los síntomas. Si es necesario, consulta a tu médico para que te recomiende remedios de venta libre que sean seguros.
Cambios de humor
Los cambios de humor pueden afectarte mucho a medida que se acerca la fecha del parto. La ansiedad y la excitación se mezclan, dando lugar a sentimientos que pueden cambiar rápidamente. Esto es completamente normal y es importante reconocer que el estrés puede ser un factor importante.
Tómate tiempo para relajarte y hacer cosas que te gusten, y habla con tu pareja o amigos para sentirte más conectada.
La comodidad es fundamental en esta etapa, y un buen sujetador de lactancia puede ayudarte. Echa un vistazo a nuestra colección para encontrar el sujetador de extracción ideal además de sujetadores regulares para esta nueva etapa.
Dolores de espalda
El dolor de espalda puede intensificarse a medida que se acerca el parto. El aumento de peso y los cambios hormonales ejercen presión sobre la columna vertebral. Hasta las tareas más sencillas pueden llegar a suponer un desafío físico.
Para estar preparada, practica ejercicios ligeros o estiramientos para aliviar las molestias y ponte una compresa caliente o una almohadilla térmica en la espalda para estar más cómoda. Los cojines pueden proporcionar apoyo adicional cuando te sientes.
Contracciones de Braxton Hicks
Es posible que experimentes contracciones de Braxton Hicks, que son la forma que tiene tu cuerpo de prepararse para el parto. Estas contracciones pueden sentirse como un tirón en el vientre, suelen ser indoloras y aparecen y desaparecen a intervalos diferentes.
Estas contracciones son diferentes a las verdaderas contracciones del trabajo de parto y cambiar de postura o moverse puede ayudar a aliviarlas.
Pérdida del tapón mucoso
La pérdida del tapón mucoso es otro signo de que el cuerpo se está preparando para el parto. Se trata de una sustancia espesa y gelatinosa que puede salir de una sola vez o gradualmente y que puede ser transparente, rosada o ligeramente sanguinolenta.
Este fenómeno forma parte del proceso normal del parto y es señal de dilatación. Sin embargo, si notas un sangrado importante, es necesario que te pongas en contacto con tu médico.
Dolor pélvico
El dolor pélvico puede aparecer a medida que el bebé desciende hasta su posición, provocando molestias en la parte inferior del abdomen y la pelvis debido al peso y la presión.
Los movimientos suaves o los cambios de postura pueden proporcionar alivio, y utilizar almohadas como apoyo al sentarse o acostarse puede ayudar.
Si el dolor es intenso, se debe consultar inmediatamente al médico.
Espectáculo sangriento
Una señal común de que el parto está cerca es la presencia del espectáculo sangriento, que se caracteriza por una secreción de sangre y mucosidad que se produce cuando el cuello uterino empieza a abrirse. Esto puede ocurrir días u horas antes de que empiece el parto y está relacionado con cambios cervicales como la dilatación y el borramiento del cuello uterino.
Es aconsejable hacer un seguimiento de cualquier cambio y ponerse en contacto con el médico.
Romper fuente
Cuando rompes fuente, quiere decir que se ha roto el saco amniótico. Esto puede ocurrir cuando te acercas al parto y se produce una descarga de líquido.
Puedes sentir un chorro repentino o una pérdida lenta. Es importante que no pierdas de vista la hora y llames a tu médico en cuanto ocurra. Mantén la calma, ya que es algo natural, pero puede requerir atención médica inmediata.
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Consejos para un embarazo saludable a las 39 semanas
A medida que se acercan las últimas semanas del embarazo, es importante centrarse en mantenerse activa, prepararse para el parto y conocer los signos de inicio del mismo. Tener en cuenta estos aspectos te ayudará a sentirte más segura y preparada para tu gran día.
Mantente activa
Mantenerte activa en esta etapa es crucial para tu bienestar. Actividades ligeras como caminar y yoga prenatal pueden ayudarte a aliviar las molestias y reducir el estrés.
Intenta realizar unos 30 minutos de actividad moderada la mayoría de los días, ya que esto puede mejorar la circulación, mejorar tu estado de ánimo y facilitar el parto.
Además, puedes practicar meditación o ejercicios de respiración para controlar la ansiedad; estas técnicas pueden calmar tu mente y prepararte para el parto. Escucha a tu cuerpo: si te sientes cansada, descansa.
Consulta nuestra guía sobre 10 formas de perder peso después de dar a luz para obtener consejos útiles que te ayudarán a empezar.
Conoce los signos de inicio del trabajo de parto
A medida que se acerca la fecha, es crucial reconocer los signos del trabajo de parto. Entre los más comunes se incluyen las contracciones regulares, la rotura de la fuente y los cambios en el flujo vaginal.
Presta también atención a señales como contracciones cada 5 o 10 minutos, dolor en la parte baja de la espalda y aumento de la presión en la pelvis. Si notas estos síntomas, ponte en contacto con tu médico.
Saber cuándo acudir al hospital puede marcar la diferencia en tu experiencia del parto.
Prepararse para una posible cesárea
Aunque tu deseo sea tener un parto vaginal, es prudente estar preparada para la posibilidad de una cesárea.
Estar familiarizada con lo que ocurre durante el procedimiento y comprender los posibles motivos de una cesárea, como un trabajo de parto prolongado o la posición del bebé, puede ayudarte a estar tranquila.
Para prepararte, visita a tu médico para que te explique las opciones que tienes, elabora un plan de parto que incluya tus preferencias y prepara una maleta con todo lo necesario para tu estancia en el hospital.
Visualizar el proceso también puede ayudar a reducir la ansiedad; saber qué esperar puede hacer que la experiencia sea más llevadera, tanto si acaba siendo un parto por cesárea como vaginal.
Mientras te preparas para el parto, te recomendamos que leas nuestro artículo sobre Recuperación posparto: 3 cosas que me gustaría saber para estar más preparada
Qué esperar
Descubre aquí lo que le ocurre a tu cuerpo después del parto.
Después de dar a luz, tu cuerpo empezará a recuperarse. Es posible que experimentes cambios físicos como hemorragias vaginales y contracciones abdominales. Es la forma que tiene tu cuerpo de volver a su estado normal.
Es posible que te sientas cansada debido a las exigencias de cuidar a un recién nacido. Muchas mujeres experimentan cambios de humor o depresión posparto debido a los cambios hormonales. Es importante que busques apoyo durante este tiempo.
Realiza actividades ligeras que te ayuden a recuperarte. También puedes caminar o hacer estiramientos suaves. Consulta siempre a tu médico antes de empezar a hacer ejercicio.
Monitoreo electrónico fetal
Mediante este método se realiza un seguimiento de la frecuencia cardiaca del bebé durante el parto. Esto ayuda a garantizar que tu bebé esté seguro y saludable.
Para ello, se utilizan dos sensores electrónicos que se colocan en el abdomen. Uno de ellos mide la frecuencia cardiaca del bebé y el otro registra las contracciones. Esta información es muy importante para los médicos.
En algunos casos, el monitoreo puede indicar la necesidad de realizar intervenciones como la inducción del parto o la realización de una cesárea. No dudes en hacer preguntas para entender cuál es el plan de cuidados que vas a recibir.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es el peso normal de un feto a las 39 semanas de gestación?
El peso promedio del feto a las 39 semanas es de entre 3 y 3.6 kg (entre 6.5 y 8 libras). Algunos bebés pueden tener un peso inferior o superior a la media, lo cual es normal. Tu médico podrá darte una mejor idea del peso de tu bebé basándose en las ecografías.
¿Qué debo esperar con respecto a la posición del bebé a las 39 semanas?
A las 39 semanas, la mayoría de los bebés están en posición cefálica, que es la mejor para el parto. Si tu bebé viene de nalgas (con la cabeza hacia arriba), es posible que tu médico te explique cómo girarlo.
¿Cuáles son los principales síntomas que no debes ignorar a las 39 semanas de embarazo?
Es posible que experimentes síntomas comunes como dolor de espalda leve y un aumento de las contracciones. Sin embargo, debes estar atenta a la presencia de hinchazón severa en las manos o la cara, dolores de cabeza intensos o cambios en la visión. Podrían ser signos de complicaciones que requieren atención médica inmediata.
¿Cómo sé si estoy a punto de dar a luz?
Entre los signos que indican que se acerca el momento del parto se encuentra el aumento de las contracciones, que se vuelven más regulares e intensas. Es posible que notes que rompes fuente o que sale sangre. Estos signos suelen indicar que es hora de ponerse en contacto con el médico o acudir al hospital.
¿Cuál es la dilatación típica a las 39 semanas de gestación?
La dilatación cervical puede variar a las 39 semanas. Algunas mujeres pueden estar completamente cerradas, mientras que otras pueden tener una dilatación de entre 1 y 3 centímetros. Tu médico verificará tu dilatación durante las consultas para mantenerte informada.
¿Qué cambios pueden producirse en el flujo durante la semana 39 de embarazo?
Es posible que notes un aumento del flujo vaginal durante este periodo. Este flujo puede ser transparente o ligeramente rosado si se trata de la pérdida del tapón mucoso. Si experimentas cambios en el flujo en este momento, es posible que tu cuerpo se esté preparando para el parto.