Si has notado un bulto en la zona del estómago, es posible que te preguntes si se trata de una diástasis de rectos o de una hernia umbilical. A menudo, estas dos afecciones se confunden porque ambas pueden hacer que tu abdomen sobresalga, pero en realidad son problemas muy diferentes. La diástasis de rectos abdominales se produce cuando los músculos abdominales se separan, mientras que una hernia umbilical se produce cuando el tejido empuja a través de un punto débil cerca del ombligo. Comprender cuál de las dos afecciones tienes marca la diferencia a la hora de elegir las opciones de tratamiento. Además, obtener el diagnóstico correcto a tiempo puede ahorrarte preocupaciones innecesarias y ayudarte a elegir la mejor opción para tu salud.
¿Qué es la diástasis de rectos abdominales?
La diástasis de rectos se produce cuando los músculos del estómago se separan por la mitad de tu abdomen y se forma un espacio entre los lados izquierdo y derecho de los músculos abdominales. Imagínate una cremallera que se ha abierto: los músculos que normalmente estarían uno al lado del otro se han separado. Esta separación se produce con mayor frecuencia durante el embarazo, cuando el bebé en crecimiento estira el tejido que conecta estos músculos. Notarás un bulto o una cresta visible que recorre el centro del estómago, especialmente cuando te sientas o contraes los músculos abdominales. Aproximadamente el 60 % de las mujeres embarazadas experimentan diástasis de los rectos y si no se trata, puede perdurar mucho tiempo después del parto.
¿Qué es una hernia umbilical?
Una hernia umbilical se produce cuando el intestino o el tejido adiposo sobresalen a través de una zona débil de la pared abdominal, cerca del ombligo. A diferencia de la diástasis de rectos, en la que los músculos simplemente se separan, una hernia umbilical perfora la propia pared muscular. Esta debilidad permite que los tejidos internos sobresalgan hacia afuera, lo que crea un bulto o protuberancia visible cerca de la zona del ombligo. Las hernias umbilicales pueden aparecer a cualquier edad, pero son más frecuentes en bebés y adultos mayores de 65 años. En los bebés, estas hernias tienden a corregirse por sí solas a medida que se fortalecen los músculos del estómago. En cambio, los adultos suelen necesitar intervención médica para evitar complicaciones como el atrapamiento de tejido o la pérdida de riego sanguíneo.
¿Cómo puedes distinguir entre la diástasis de rectos y una hernia?
Para distinguir entre la diástasis de rectos y una hernia umbilical debemos examinar algunos factores importantes, desde el aspecto físico hasta la sensación al tacto. Aunque ambas pueden provocar un abultamiento en la zona del estómago, cada una tiene características únicas que te permiten determinar a qué afección te enfrentas.
1. Comprueba la forma y la ubicación del abultamiento
Por un lado, la diástasis de rectos provoca una cresta o cúpula vertical que recorre todo el centro del abdomen, a menudo desde la caja torácica hasta el hueso púbico. Por otro lado, una hernia umbilical es un abultamiento localizado y redondeado en la zona alrededor del ombligo. Además, el abultamiento de la hernia suele ser más pronunciado y de naturaleza circular, mientras que la diástasis de rectos se presenta como una separación amplia y lineal.
2. Palpa la zona con tus manos
Al palpar la diástasis de los rectos, notarás un espacio blando entre los músculos, sin bordes ni límites sólidos. Por el contrario, una hernia umbilical es un bulto o masa definida que a veces se puede empujar hacia dentro del abdomen de forma temporal. La hernia también tiene bordes definidos donde el tejido se empuja a través de la abertura de la pared abdominal.
3. Observa cuándo se hace visible el abultamiento
La diástasis de rectos se nota más cuando realizas acciones que implican los músculos centrales, como cuando te levantas de una posición acostada o cuando toses. En cambio, las hernias umbilicales suelen notarse en todo momento, pero pueden ser más evidentes cuando haces esfuerzo, toses o te pones de pie.
| Factor de comparación |
Diástasis de rectos |
Hernia umbilical |
| Forma |
Cresta vertical en el centro del abdomen |
Protuberancia redondeada alrededor del ombligo |
| Tamaño |
Separación amplia de varios centímetros de largo |
Bulto localizado, normalmente de 2.5 a 7.6 cm (1 a 3 pulgadas) |
| Sensación al tacto |
Espacio blando entre los músculos |
Masa firme y definida con bordes |
| Reducibilidad |
No se puede empujar hacia adentro |
A menudo se puede empujar hacia adentro temporalmente |
| Visibilidad |
Más visible cuando se utilizan los músculos centrales |
Normalmente visible en reposo |
4. Presta atención a los síntomas que acompañan
La diástasis de rectos suele causar dolor lumbar, mala postura y dificultad para mantener la estabilidad del tronco durante las actividades cotidianas. En contraste, las hernias umbilicales pueden causar un dolor agudo o sordo alrededor del ombligo, especialmente al levantar peso, agacharse o toser. Las hernias también pueden provocar náuseas o vómitos si el tejido queda atrapado.
5. Ten en cuenta tus factores de riesgo y tu historial médico
Por un lado, la diástasis de rectos abdominales se desarrolla con mayor frecuencia durante el embarazo debido a los cambios hormonales y al estiramiento abdominal, aunque también puede ser consecuencia de un ejercicio inadecuado o un aumento de peso rápido. Por otro lado, las hernias umbilicales pueden estar presentes desde el nacimiento debido al desarrollo incompleto de la pared abdominal o desarrollarse más tarde en la vida debido al aumento de la presión abdominal por obesidad, embarazo o tos crónica.
¿Cómo puedo saber si tengo diástasis de rectos o hernia umbilical?
Para identificar si tienes diástasis de los rectos, hernia umbilical o ambas cosas, es necesario conocer técnicas específicas de autoexploración y saber qué señales de alerta debes buscar. Aunque siempre se recomienda acudir a un profesional médico para obtener un diagnóstico preciso, puedes realizar pruebas sencillas en casa para comprobar si padeces estas afecciones.
1. Realiza la autoevaluación de diástasis de rectos
Acuéstate boca arriba con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo. Coloca los dedos horizontalmente por encima de tu ombligo y levanta lentamente la cabeza del suelo como si hicieras un pequeño abdominal. Si puedes introducir dos o más dedos en el espacio blando entre los músculos abdominales, es probable que tengas diástasis de rectos. Repite esta prueba en el ombligo, por encima y por debajo de él, para comprobar toda la longitud de los músculos abdominales.
2. Comprueba si hay señales de hernia umbilical
Ponte de pie frente a un espejo y busca un bulto redondo o una protuberancia alrededor de la zona del ombligo que se haga más prominente cuando toses, haces esfuerzo o te pones de pie. Luego, presiona suavemente la zona: si notas una masa firme que puedes empujar hacia el abdomen temporalmente, esto indica una hernia umbilical. El bulto puede desaparecer cuando te acuestas, pero vuelve a aparecer cuando te pones de pie o aumentas la presión abdominal.
3. Monitorea tus síntomas a lo largo del día
Presta atención a cuándo sientes molestias, dolor o cambios notables en el abdomen. La diástasis de los rectos suele provocar dolor lumbar, mala postura y una sensación de debilidad en el tronco al realizar actividades cotidianas. En cambio, uno de los síntomas de la hernia umbilical es dolor punzante o sordo alrededor del ombligo, especialmente al levantar peso, agacharse o toser. Además, el dolor puede intensificarse a lo largo del día.
4. Comprueba la fuerza y la estabilidad de tu abdomen
Intenta realizar algunos ejercicios básicos, como planchas, abdominales o levantarte de una silla sin usar tus manos. Si estos ejercicios te resultan difíciles o si notas que tu abdomen se hincha hacia afuera cuando te mueves, es posible que tengas diástasis de rectos abdominales. Las personas con hernias umbilicales tienden a evitar instintivamente ciertos movimientos, ya que les producen dolor alrededor de la zona del ombligo.
5. Busca señales de alerta que requieran atención médica inmediata
Acude a la sala de urgencias si tienes un dolor intenso y repentino cerca del ombligo, náuseas, vómitos o si la protuberancia de la hernia se vuelve firme, enrojecida o no se puede empujar hacia adentro. Estas son señales de una hernia estrangulada, lo que es una urgencia médica. En el caso de la diástasis de rectos, consulta con un médico si la separación no mejora después de varios meses de ejercicio adecuado o si tienes dolor de espalda continuo y problemas funcionales.
6. Considera la posibilidad de acudir a un profesional
Si bien las autoevaluaciones pueden proporcionar información inicial, un médico puede tomar medidas reales de la anchura y la profundidad de la separación muscular en caso de diástasis de rectos y determinar si una hernia umbilical requiere intervención quirúrgica. También puede determinar si padeces ambas afecciones al mismo tiempo, ya que esto ocurre en ciertos casos y requeriría métodos de tratamiento alternativos.
¿Cómo tratar la diástasis de rectos o la hernia umbilical?
El tratamiento para la diástasis de rectos y la hernia umbilical funciona de manera diferente, ya que son dos problemas distintos. La diástasis de rectos suele mejorar con el ejercicio, pero las hernias umbilicales suelen requerir una intervención quirúrgica para corregirlas adecuadamente.
1. Opciones de tratamiento para la diástasis de rectos: Las principales formas para tratar la diástasis de rectos son el ejercicio y la fisioterapia. Tendrás que hacer ejercicios especiales para el tronco, como respiración profunda, inclinaciones pélvicas y planchas sencillas que trabajen los músculos profundos del abdomen sin empeorar la separación. Evita los crunches normales, los abdominales y las planchas difíciles, ya que pueden aumentar la separación muscular. Un fisioterapeuta especializado en problemas de salud de la mujer puede crear un plan de ejercicios personalizado que te ayude a juntar los músculos poco a poco a lo largo de unos meses.
2. Métodos no quirúrgicos para ayudar en casos leves: En casos leves de diástasis de rectos abdominales, hacer los ejercicios adecuados todos los días y mover el cuerpo correctamente puede ser de gran ayuda. Utiliza una faja de soporte abdominal cuando realices actividades que supongan un esfuerzo para el tronco y aprende a levantar objetos correctamente tensando primero los músculos profundos del abdomen. Productos como la faja posparto Momcozy Ergowrap pueden proporcionar una compresión abdominal específica y un soporte lumbar durante la recuperación, lo que resulta muy útil para las madres primerizas que sufren un debilitamiento de los músculos abdominales. Mantén una buena postura durante todo el día y evita hacer cosas que empujen el abdomen hacia afuera, como levantar objetos pesados o realizar ejercicios abdominales intensos.
Soporte Lumbar
Comodidad
Eficacia
3. Métodos de tratamiento de la hernia umbilical: La mayoría de las hernias umbilicales en adultos requieren intervención quirúrgica, ya que no se curan por sí solas y pueden causar problemas graves si no se tratan. La cirugía más común es la reparación de hernia con un parche de malla, que se puede realizar mediante cirugía convencional o pequeños cortes con la ayuda de una cámara. Las hernias pequeñas que no duelen pueden ser simplemente supervisadas por tu médico. Sin embargo, normalmente se necesita cirugía si la hernia se agranda, duele o muestra señales de problemas.
4. Cuando ambos problemas ocurren al mismo tiempo: Si tienes diástasis de rectos y hernia umbilical, tu cirujano podría corregir ambos problemas en una sola intervención. Este tratamiento conjunto puede reparar la hernia y unir los músculos abdominales separados a la vez. Sin embargo, esto requiere que un buen cirujano realice una revisión cuidadosa para determinar si este tipo de cirugía es adecuada para ti.
5. Recuperación después del tratamiento: Continúa haciendo tus ejercicios abdominales durante mucho tiempo para mantener los músculos fuertes y evitar que el problema vuelva a aparecer. Después de la cirugía de hernia umbilical, no puedes levantar objetos pesados ni realizar actividades intensas durante 4 a 6 semanas, mientras se cura la pared abdominal. Vuelve poco a poco a tus actividades normales cuando tu cirujano lo apruebe y mantén un peso saludable para reducir la presión sobre la pared abdominal.
6. Duración y qué puedes esperar: La recuperación de la diástasis de rectos mediante el ejercicio suele llevar entre 6 y 12 meses de entrenamiento regular, aunque algunas personas notan una mejora en solo 8 a 12 semanas. Además, el uso de una faja posparto puede ayudar a fortalecer el tronco y contribuir a obtener resultados más rápidos. En contraste, la recuperación de la cirugía de hernia umbilical suele tardar de 2 a 4 semanas para volver a las actividades diarias normales y de 6 a 8 semanas para la recuperación completa, lo que incluye el ejercicio y el levantamiento de peso. Ambos tratamientos funcionan bien para la mayoría de las personas que siguen el plan de tratamiento y se cuidan después.
¿Qué sucede si no se tratan la diástasis de rectos y la hernia umbilical?
Si estas afecciones no reciben tratamiento puede provocar un empeoramiento de los síntomas y complicaciones graves de salud con el tiempo.
Complicaciones de la diástasis de rectos sin tratar
Cuando la diástasis de rectos no se trata, la separación muscular suele empeorar con el tiempo, lo que provoca dolor lumbar crónico y una mala postura. Es posible que experimentes una debilidad continua en el tronco que te dificulte actividades diarias como levantar objetos, transportarlos e incluso caminar. Muchas personas desarrollan problemas en el suelo pélvico y problemas digestivos porque los músculos abdominales debilitados no pueden sostener de manera adecuada los órganos internos.
Riesgos de la hernia umbilical sin tratar
Una hernia umbilical que no recibe tratamiento puede provocar emergencias médicas graves. La hernia puede crecer y volverse más dolorosa con el tiempo. La complicación más peligrosa es el estrangulamiento, en el que el tejido queda atrapado en la abertura de la hernia y pierde el riego sanguíneo, lo que requiere una intervención de urgencia. Esto puede causar dolor intenso, náuseas, vómitos y complicaciones potencialmente mortales si no se trata de inmediato.
¿La diástasis de rectos puede provocar una hernia?
Sí, la diástasis de rectos puede aumentar el riesgo de desarrollar una hernia, pero no la provoca directamente. La diástasis de los rectos debilita la pared abdominal, ya que separa los músculos que normalmente proporcionan soporte y estabilidad al tronco. Este debilitamiento crea áreas de mayor presión y menor integridad estructural, lo que facilita la aparición de hernias en puntos débiles como el ombligo o a lo largo de cicatrices quirúrgicas. Aunque la diástasis de rectos en sí misma implica la separación de los músculos y no el empuje de los tejidos a través de las aberturas, la debilidad de la pared abdominal puede contribuir a la formación de hernias con el tiempo, sobre todo cuando se combina con actividades que aumentan la presión abdominal.
¿Qué hernia está asociada a la diástasis de rectos?
Las hernias umbilicales son el tipo de hernia más comúnmente asociado a la diástasis de rectos. Ambas afecciones tienden a surgir durante el embarazo, cuando aumenta la presión abdominal y los cambios hormonales debilitan las estructuras de la pared abdominal. Las mismas presiones que provocan la separación muscular en la diástasis de rectos también pueden causar un debilitamiento alrededor de la región del ombligo, lo que da lugar a la formación de hernias umbilicales. Las hernias ventrales a lo largo de la línea media abdominal también pueden aparecer en personas con diástasis de rectos, especialmente tras cirugías abdominales en las que la estructura muscular afectada ofrece un apoyo disminuido para su cicatrización adecuada.
¿Se puede corregir la diástasis de rectos con una hernia umbilical?
Sí, tanto la diástasis de rectos como la hernia umbilical a menudo se pueden reparar durante una sola intervención quirúrgica. La mayoría de los cirujanos pueden tratar ambas afecciones al mismo tiempo con una técnica combinada que cierra la hernia y vuelve a unir los músculos abdominales separados. La intervención, que a veces se denomina abdominoplastia con reparación de hernia, cierra la separación muscular mientras se sostiene la zona de la hernia con una malla. Sin embargo, no todos las pacientes son aptas para la cirugía combinada, ya que depende de variables como el tamaño de cada afección, tu estado de salud general y la evaluación del cirujano sobre la complejidad de la cirugía y las necesidades de recuperación.
¿Cuándo se utiliza la cirugía para tratar la diástasis de rectos o la hernia umbilical?
Por lo general, la cirugía de diástasis de rectos solo se considera si la separación muscular supera los 2.7 cm y no mejora después de 6 a 12 meses de tratamiento conservador. La cirugía de hernia umbilical se recomienda para la mayoría de los adultos, especialmente si la hernia es dolorosa o se agranda.
En el caso de la diástasis de rectos abdominales, la cirugía es necesaria cuando el ejercicio y la fisioterapia no son suficientes para cerrar adecuadamente la separación muscular o cuando la afección afecta en gran medida a la función diaria y a la calidad de vida. En cambio, las hernias umbilicales en adultos no suelen resolverse por sí solas y pueden dar lugar a complicaciones peligrosas, como el estrangulamiento, por lo que los médicos suelen recomendar la cirugía independientemente del tamaño. Si una hernia se vuelve rígida, se decolora o produce un dolor intenso acompañado de náuseas, es necesario realizar una cirugía de urgencia de inmediato.
Toma el control de tus preocupaciones sobre la diástasis de rectos y la hernia umbilical
La diástasis de rectos mejora con los ejercicios adecuados, pero las hernias umbilicales suelen requerir una corrección quirúrgica para evitar complicaciones. Lo mejor es que ambos problemas pueden corregirse con éxito si se tratan de forma adecuada. No dejes que la incertidumbre o la ansiedad te impidan buscar ayuda: si experimentas hinchazón abdominal o molestias, ponte en contacto con un profesional de la salud que pueda darte respuestas claras y soluciones eficaces.