Las heces del bebé son algo en lo que nunca considerarías antes de que nazca. Pero cuando ya esté aquí, sentirás curiosidad por ella. Sus colores y consistencia podrían cambiar con el tiempo, sobre todo si le estás dando el pecho. Eso puede preocuparte. La pregunta es: ¿deberías preocuparte? Este artículo te lo aclarará. Esto es lo que debes saber sobre las heces de los bebés amamantados.
Las heces de los bebés amamantados cambian de aspecto a medida que crecen. Así que no te sorprendas demasiado si cambia de color, sobre todo si has cambiado algo en su dieta. En esta sección encontrarás información sobre el aspecto que deben tener en las distintas etapas:
Las heces de tu bebé en las primeras semanas serán de color negro verdoso, similar a brea y pegajosas. Puede recordarte a un aceite de motor espeso. Eso se le conoce como meconio, y es inodoro porque no contiene las bacterias que pronto habrán en el estómago de tu bebé. El problema es que es difícil de limpiar. Por eso, considera la posibilidad de aplicar un poco de vaselina en el trasero de tu bebé antes de que haga sus necesidades para evitar problemas de limpieza.
Tu bebé hará su primera deposición a las 24 horas de nacer. Si no lo hace, el médico tendrá que examinarlo para comprobar si algo va mal.
Al cabo de unos días, tu bebé dejará de producir meconio. El color de las heces será más claro. En lugar de ser verde oscuro, ahora es verde, mostaza, amarillo o marrón pálido. También será menos pegajosa.
Durante esta etapa, ha comenzado la colonización bacteriana. Por lo tanto, las heces tendrán olor. Sin embargo, algunas mujeres afirman que el olor todavía no es desagradable. Incluso algunas descripciones dicen que las heces huelen a palomita de maíz, heno o avena.
Una vez que le des alimentos sólidos, las heces volverán a cambiar. Tendrá más sustancia, con una consistencia más pastosa en lugar de la cremosa que tenía antes. También tendrá un olor más fuerte y fétido.
Las heces de tu bebé pueden ser de distintos colores. Esto podría ser señal de un problema. Ver estos colores anormales en las heces del bebé amamantado puede hacer que entres en pánico. Sin embargo, ten en cuenta que algunos de ellos son sólo consecuencias de algunos alimentos o medicamentos. Aprende más sobre estos a continuación:
Las heces rojas son inusuales, incluso para los adultos. Por eso, puede asustarte ver que tu bebé ha producido heces de este color. La buena noticia es que no siempre significa que algo esté mal. Ciertos alimentos, como la remolacha, los tomates y los colorantes en la comida, pueden añadir trozos rojos a las heces de tu bebé. Algunos medicamentos también pueden causar el mismo efecto.
Sin embargo, en la mayoría de casos, las heces rojas pueden ser señal de problemas más graves. Por ejemplo, la causa de este color puede ser una diarrea con sangre, que podría indicar una infección por E. coli o salmonela.
La sangre en la leche materna también podría ser la causa. Puede ocurrir si tienes los pezones agrietados o lesionados. Aunque normalmente es seguro para los bebés, no lo es si la persona que da de lactar tiene VIH o SIDA. En ese caso, consulta a un médico para conocer otras formas de satisfacer las necesidades de tu bebé.
Al igual que las heces rojas, las heces negras pueden ser consecuencia de la ingesta de determinados alimentos o medicamentos. Los medicamentos antiácidos que se utilizan para tratar la acidez o el malestar estomacal pueden provocar esta coloración. También puedes esperar este efecto si tu bebé toma leche de fórmula enriquecida con hierro.
Las heces negras no son normales si se parecen al meconio, pero ya estás muy lejos de ese punto. La diferencia es que son más duras. De ser así, consulta inmediatamente a un médico. Podría ser una señal de hemorragia en el tracto digestivo.
Al igual que el rojo, el blanco no es un color que se asocie con las heces. Por lo tanto, no hace falta decir que es anormal y que es necesario saber qué ocurre. Si las heces de tu bebé amamantado son blancas, significa que algo impide que la bilis salga de su hígado. En consecuencia, no puede digerir bien los alimentos. Lo mismo ocurre con las heces de color gris pálido. Llama cuanto antes al pediatra de tu hijo.
Las heces verdes y espumosas de un bebé amamantado es el resultado de un desequilibrio en la leche inicial y leche final. Al inicio de cada sesión de lactancia, la leche tendrá bajos niveles de grasa y altos niveles de azúcar. Esa es la leche inicial. Al final, tendrá un alto contenido en grasa y calorías. Esa es la leche final.
Si tu bebé no puede vaciarte el pecho en las sesiones de alimentación, significa que está recibiendo más leche inicial que final. Este desequilibrio puede provocar heces verdes y espumosas, así como gases.
En los primeros días, es posible que tu bebé tenga movimientos intestinales 1 o 2 veces al día. Es posible que aumente en los días siguientes, a medida que el bebé crece y come más. En algunos casos, puede que tengas que cambiarle los pañales entre 5 y 10 veces al día. Incluso puede que tu bebé defeque después de cada comida. No te asustes, ya que esto es normal en el primer mes de tu bebé amamantado.
A partir de las seis semanas, las deposiciones serán menos frecuentes. También habrá días en los que no defeque. Si esto ocurre, observa sus heces para confirmar que no son duras. De ser así, y si tu bebé se siente cómodo y está creciendo, no hay nada de qué preocuparse.
Deberías buscar asistencia médica si las heces de tu bebé tienen un color anormal y sospechas que algo va mal.
Si las heces son blancas o gris claro, ponte en contacto con un pediatra inmediatamente, porque es señal de que el sistema digestivo de tu bebé no funciona correctamente.
Si las heces son rojas o negras, puede deberse a la presencia de sangre. Asegúrate de que tu bebé no haya ingerido ningún alimento ni tomado ningún medicamento que pueda provocar esta coloración. Además, examínate para comprobar si tienes los pezones lesionados o agrietados. Si nada de esto es cierto, puede haber una hemorragia en el tracto digestivo de tu bebé. Debes buscar asistencia médica.
En el caso de las heces verdes y espumosas, sólo tienes que controlar tu suministro de leche. Esto te asegura que tu bebé reciba suficiente leche inicial y final.
Además del color, también debes observar a tu bebé. Algunas señales que revelan que algo no va bien son el escaso aumento de peso y las heces duras.
Necesitas herramientas que te ayuden a limpiar el desastre. No querrás dejar heces en el trasero de tu bebé cuando le cambies los pañales. No es higiénico para el bebé y puede causarle problemas más adelante.
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Aquí tienes otras preguntas sobre las heces de los recién nacidos amamantados:
Durante las primeras semanas o el primer mes, sí. Es normal que los bebés amamantados defequen todos los días. Incluso podrían defecar 5 veces o más. Sin embargo, después de 6 semanas, la situación cambiará. Puede que tu bebé no defeque todos los días. Pero si está cómodo y no muestra ninguna señal de malestar, no pasa nada.
Debería defecar al menos una vez durante las primeras 24 horas. Si le estás dando el pecho, debería hacerlo varias veces al día, como mínimo tres veces al día durante las primeras seis semanas. Ten en cuenta que tres es el número mínimo. Algunos bebés pueden hacer entre 4 y 12 movimientos intestinales al día.
No, pero tampoco indica que necesariamente algo vaya mal. La consistencia normal de las heces de los bebés amamantados es blanda, líquida y un poco granulosa. Si la textura se aleja demasiado de estas, tu bebé puede tener diarrea. El que no sea granulosa aún no se aleja demasiado de cómo debería ser. Por lo tanto, busca otras señales de diarrea, como comer mal o fiebre.
Las heces de los bebés alimentados con leche de fórmula deben tener más consistencia que las de los bebés amamantados. La consistencia de las heces de los bebés alimentados con leche de fórmula debe ser más pastosa que líquida, como la mantequilla de cacahuete o el hummus.
Las heces de un bebé amamantado pueden ser de distintos colores. Algunos colores son normales, mientras que otros te indican que hay algún problema en su sistema digestivo. Además del color, debes comprobar la consistencia y la textura.
Para detectar problemas, también debes observar el comportamiento de tu bebé. ¿Hace más o menos movimientos intestinales de lo habitual? ¿Es la frecuencia adecuada para su edad? Obviamente necesitarás saber qué es normal y qué no lo es para poder identificar si hay problemas. Si has leído este artículo de principio a fin, acabas de aprenderlo. Utiliza estos aprendizajes para ayudar a tu bebé a crecer y convertirse en una persona sana y feliz.
The information provided in this article is for general informational purposes only and does not constitute medical advice, diagnosis, or treatment. Always seek the advice of your physician or other qualified health provider regarding any medical condition. Momcozy is not responsible for any consequences arising from the use of this content.
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